Lisboa

 Descubrir Lisboa, una ciudad, una región

Un escenario que combina la grandeza de su historia y un camino vanguardista hacia su futuro, Lisboa tiene una belleza natural única y atracciones turísticas fascinantes, que intensifica la diversidad y calidad de la ciudad y región.

Empezamos por la ciudad y el majestuoso rio Tajo, su fiel compañero, que, juntos son testigo y se han formado a lo largo de los siglos por eventos coloridos. Descubridores portugueses partieron en sus carabelas de Belén, navegaron en las aguas tranquilas de este río y, en seguida, se adentraron en un océano infinito en una misión para descubrir el Nuevo Mundo. Compartían el idioma, muchos otros aspectos de nuestra cultura y también la vida; citando al poeta “... com perspicácia e habilidade.” (con ingenio y habilidad).

La magnitud de sus hazañas “sobre océanos desconocidos” y poder de Portugal en el siglo XVI está plasmado en el Monumento de los Descubrimientos, la Torre de Belén y el magnífico Monasterio de los Jerónimos, en el margen del Río Tajo. Estas maravillas atraen anualmente a miles de turistas, portugueses y extranjeros, que al admirar Belén o el Monumento de los Descubrimientos su imaginación les hace embarcar en un viaje a través de la historia.

Es un pequeño “salto” de aquí hasta el centro histórico. La “Baixa” de Lisboa tiene mucho para ver, bien sea caminando, en el famoso eléctrico 28 o, por ejemplo, en un vehículo ecológico alquilado, algunos de los cuales han sido diseñados especialmente para explorar laberintos fascinantes de los barrios históricos.

Dominada por el Castillo de São Jorge, a Lisboa se la conoce por sus siete colinas repletas de edificios de arquitectura sencilla, pero de una belleza extraordinaria, muchos de los cuales han sido cuidadosamente restaurados. Estos barrios han atraído a un nuevo conjunto de residentes, especialmente la generación más joven y muchos artistas para quien Lisboa es su musa.

Los barrios históricos son, de hecho, sitios a no perder, por muy buenas razones. Sus calles estrechas cuyos tejados convexos casi se tocan, plazas llenas de gente durante las fiestas y los Santos Populares, casetas coloridas de vendedores ambulantes que gritan animados y ostentan la calidad y frescura de sus productos, hacen que estos barrios sean irresistiblemente encantadores.

Estos barrios son el escenario perfecto para la música emblemática de Lisboa: Fado, sobre todo Fado amador indefinido, vagabundo y cantado casi hasta el amanecer. Cantantes de renombre y jóvenes que respiran y viven el Fado, porque el Fado está siempre en su alma, o mejor, con ellos desde que nacieron.
Alfama, Mouraria, Madragoa, Bairro Alto.. tantos y tan pocos barrios para visitar hace más difícil para los turistas planear el itinerario, y, por ello, la mejor opción es no perderse ninguno de ellos.

Durante el paseo, de repente, al volver la esquina, al descubrir un sitio pintoresco para descansar, se encuentra con uno de los muchos miradores que están por toda Lisboa, una especie de ventana que muestra un escenario sorprendente y magnífico de la ciudad.
No importa cuántas veces vuelve a uno de estos puntos, va a descubrir siempre algo nuevo, un detalle que aún no había visto. Luz de Lisboa, junto con su patrimonio único, es una de las principales razones por la cual va a exigir siempre más, con el objetivo de encontrar algo nuevo. Este es el “City of White Light”, una inspiración para artistas y poetas que inmortalizaran en sus pinturas y escritos.

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